Ocho meses después...

otra botella disfrutada y me temo que ya sólo me quedan dos o tres.

Todo sigue en excelente armonía y maravillosa sintonía, por tanto la valoración es idéntica a la realizada a finales del año pàsado, sólo tengo que indicar que lo armonizamos con una tabla de quesos Veratos de la Cooperativa de Losar de la Vera, y el resultado en aromas y sabores, fué más satisfactorio que en aquella ocasión.

Catado a solas, demuestra ser un vino fantástico con una nariz y boca sobresaliente, pero al unirlo con esos quesazos, se proporcionan mutuamente más complejidad, finura y sabor.

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