Otro mundo es posible

Excelente elaboración de este vino de autor de la mano de David Marcos con variedades autóctonas en una comarca con mucha historia vitivinícola. El vino se presenta de un color picota con ribete granate. En nariz es un vino de los que me gustan, atlántico, auvado de muy buena intensidad a frutillos rojos silvestres, grosellas, moras rojas, hierbas de monte, mineralidad pizarrosa, flores violetas, lilas con poca presencia de la barrica. En boca el ataque es fresco, tiene muy buena acidez como cabía de esperar y muy buen equilibrio, con buen recorrido y longitud. El estilo del vino recuerda bastante al estilo de los vinos de Raúl Pérez y parece ser que alguna influencia de él hay en los vinos de esta bodega. Una grata sorpresa a descubrir en un mundo tan globalizado. Cuando se enteren Parker y Peñin de la existencia de esta bodega y estos vinos con identidad, estoy seguro que le caeran noventa y pico y volarán de las manos como pasó con los gallegos que todos conocemos. Espero que tarden mucho en enterarse. A destacar que en Asturias se pueda hacer vino de esta calidad. Producción de unos 3.000 botellas, apesar de que en la etiqueta pone 4.000.