Vino verde, pero no porque sea un vinho verde portugués, sino porque a pesar de ser de la añada 2004 aún le falta botella. Nada que ver con el Gran Tarapacá Cabernet 2003 que ya está más hecho, más "well done". Quizá fue un error no haber decantado este 2004, que se ve a leguas es apenas un pre-adolescente. Color rojo violáceo muy cerrado, aromas cerrados de hojas de tabaco, pimientos, hongos y berries. En boca era como masticar fruta verde, aunque el alcohol no molestaba para sus 14 grados. Al día siguiente, mejoró sustancialmente, con mayor intensidad de aromas y de apertura de boca, donde se prodigó con mayor abundancia de suavidad y sabores de fruta negra, hierbas, regaliz y especias. Un buen vino que exige tiempo. Sería aconsensable darle 2-3 años más de botella, pero sin duda podría vivir 10 años más en buenas condiciones de guarda.