Anoche probé este básico de Jesús Díaz y me sorprendió por varias cosas, no todas positivas.
En primer lugar, el color es un cereza oscuro muy amoratado, con ribete tirando a picota. Capa alta y color opaco en un joven no muy denso.
En nariz da frutas del bosque, algo de rojas, flores.
En boca llegan dos matices interesantes: sabe a violetas, a rosas en plenitud más que a fruta y tiene un ligero carbónico que, aunque suela ser típico de este tipo de vinos, no acaba de convencerme. Salvo esto último, me recordó por lo grato a la mencía.
Los taninos no son agresivos y el paso por boca es agradable, medio. Casó muy bien con un queso de cabra de leche cruda, pero ese carbónico lo hacía algo cansino y le daba una frescura innecesaria.
Pese a todo, comparado con el joven de Jesús del Nero (algo así como la competencia, en Chinchón), éste tenía más matices y más personalidad.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.