Mejor en visual y nariz que en boca

Bonita botella, etiquetas y mejor corcho. La visual y la nariz también son muy buenas. Me ha defraudado un poco la boca. Un vino más de cata que para beber (al menos en mi caso, se ve que los monovarietales de Cabernet Sauvignon no son lo mío).

Visual: rojo cereza oscuro, casi picota, limpio, brillante, ribete cardenalicio que denota la juventud del vino. Lágrima abundante, densa y de caída marcadamente rápida.

Nariz: recién descorchado es algo tímida, recuerda a Riojas clásicos Crianza... pasados unos minutos empieza a mostrar su potencia y personalidad propia. Mucha fruta negra madura, mentolados, balsámicos, vainillas, regaliz y especias varias.

Boca: entrada suave, frutal pero muy poco ácida, muy dulce y golosa, licorosa con notas sutiles que recuerdan al vino dulce, nada que ver con la nariz inicial a Rioja, en sabor no tiene nada que ver con la tempranillo. A trago largo se aprecia todo esto potenciado. Taninos algo marcados aún, final con una mezcla entre dulce licoroso, astringente y amargo, no es desagradable pero no me apasiona, sinceramente. El final no es muy largo y apenas deja huella. La retronasal es muy cortita, justita.

Buen vino pero creo que le falta domar y pulir aún esos taninos algo verdes. Sin embargo,como de acidez va justito, la horquilla temporal de plenitud de consumo no creo que sea excesivamente grande, pienso que le queda un año de botella y, como mucho, 1-2 más de consumo después. Es decir, no debería beberse por encima de 2013 ó 2014 pues aunque su crianza en roble francés pueda darle algo de vida, su grado alcohólico no es muy elevado (13%) y su acidez es bastante justa, por lo que lo tomaría con relativa prontitud.