Un Morey de corte clásico

Rojo rubí, ribete tostado, capa media.
Nariz intensa y profunda, de corte clásico, fruta madura, flor seca, muy especiado, canela, clavo, nuez moscada, toques minerales, tierra mojada, humus, recuerdos herbáceos. Con el aire gana en profundidad. Francamente interesante.
En boca es un vino serio, con estructura, acidez muy bien definida, largo, de final amargoso y que deja recuerdos especiados y de frutas maduras. Tanino fino y fundido en un conjunto francamente disfrutable en estos momentos. Buena persistencia.
Nos encontramos ante un Morey de corte más bien clásico, elegante, accesible en estos momentos como muchos otros vinos de esta añada y que resulta sin duda muy placentero por su calidad. Un productor al que habrá que seguir. Unos 35 euros, buena RCP.