Pura mineralidad.

Vino encerrado en botella borgoñona, con etiquetado moderno.
A la vista se manifiesta con un brillante rojo picota de capa alta, con menisco violaceo, buena y persistente lágrima.
En nariz pura mineralidad, muchísima tiza, frutas del bosque moras y zarzamoras en sazón. Madera muy bién integrada, en el fondo se percibe la buena madera francesa.
En boca es un vino seco, muy mineral, con caracter, taninos un poco beligerantes, pero te invita a seguir bebiendo, tiene fruta, moras, endrinas. Buén paso de boca y es un vino muy, muy largo. Me dá una permanencia en boca de 3,30 minutos. Un vino que vivirá unos cuantos años más.

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