Es lo que es, ni más ni mucho menos

Este Antonio Barbadillo me trae siempre gratos recuerdos de cuando he visitado Andalucía, de cuando he recorrido sus tascas, su lugares de tapeo... Así que no puedo menos que tenerlo en cuenta.
Color amarillo pajizo con reflejos verdosos.
Nariz de correcta intensidad con aromas frescos herbáceos, notas ligeramente dulzonas de peladilla, flor de geranio y un punto cítrico.
En boca tiene una acidez correcta, desarrollo sencillo pero fresco, equilibrado. Recorrido algo justo que deja al final un recuerdo a licor de flores.

Desde luego, no es un gran vino, pero en esta gama de precios, es un vino más que interesante.

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