Ribera del Queiles con toques de nuevo mundo.

Vino de la DO Ribera del Queiles.
Color ceresa de capa media, con borde ligeramente teja. Lágrima abundante y teñida.
Aroma fruta, a "cherry-cola" (una coca cola con sabor a cereza que se comercializa en USA), notas de vainilla, algo de madera. Al agitar la copa, siguen predominando las notas de cereza y vainilla. Agradables pero no muy complejas.
Después de un buen rato (casi al terminar la copa) se percibe un aroma a tierra mojada, ligeramente mineral como lo mencionan en una nota anterior (mina de lápiz) y después a tabaco rubio.
En boca se siente frutal, algo rústico, goloso. Cometí el error de servir la 1er copa a temp. ambiente. Creo que es conveniente servirlo algo fresco (unos 14 o 15°) y con comida para compensar su acidez. EMHO, mucho mejor con comida que solo. Se puede acompañar de una amplia gama de comidas sencillas, desde un bocata, pastas, pizza, hamburguesas, y algunas carnes. Incluso con unas costillas de cerdo con salsa de barbacoa, tan populares en el sur de los Estados Unidos. Tiene la tipicidad de la Garnacha, pero la frutalidad y los aromas a "cherry cola" me recuerdan a los vinos del "Nuevo Mundo". De hecho esto se menciona en la contra etiqueta.
Curioso que en el mundo del vino aún se utilice este término que data de los tiempos de Colón y Hernán Cortéz.
En algunos aspectos me recuerda de un vino de esta misma DO que tomaba hace tiempo, el Guelbenzu.
Servido a la temperatura adecuada y con comida, esta rico, disfrutable, y fácil de beber.
Primero de una colección de tres vinos: Tres al cuadrado, Sies al Revés, y Nueve. La lógica me indica no dejar pasar mucho tiempo entre uno y otro vino, así que en estos dias tendré que "sacrificarme" y disfrutar los otros dos.