Puede que un poco sea suficiente.

La etiqueta en gris piedra y el nombre en rojo como la cápsula dota a la botella de una buena presentación como es habitual en los Dominio de Valdepusa. El tacto de la etiqueta y su color hacen que parezca que estés tocando un canto rodado.
Y por lo que veo eso ha hecho mella en las cabezas, porque aunque tiene algo de mineralidad no es para mi su máxima cualidad, por lo menos no más que otros.
El color es de un cereza intenso sin tener una capa muy alta, su borde es de una granate muy vivo, tiene un lágrima fina que cae lenta pero que no acaba dejando marca alguna.
Sus aromas iniciales son especiados, clavo, y balsámicos, laurel y eucalipto, de hecho me llegan antes que la fruta, unas moras rojas y unas guindas licorosas, notas de vainilla y caramelo tostado junto a la madera perfumada, cedro. Esperaba ya en nariz algún verdor que desentonara y me he encontrado con más cremosidad de la que intuía, y es que lleva muy poca petit verdot.
En boca entra cálido, habrá que controlar la temperatura, pero enseguida te recibe una estupenda regaliz roja, las moras de antes se me tornan ahora negras, tiene una marcada acidez que pide ser aplacada, sus rasgos alcohólicos se llevan bien aunque se llevarían mejor con una poca más de carga frutal, al menos así los prefiero, su final goloso llega a tapar esto.

Es un vino vigoroso pero afortunadamente llevadero. A mi juicio le iría de perlas una carne roja que aplaque lo apuntado. Cuando probé el Summa 04 estaba así y por los recientes comentarios leídos parece estar ahora estupendo, luego aún no teniendo la calidad del otro puede que a este le pase algo parecido, pero antes.