Recuperando la variedad tempranillo blanco.

Amarillo pálido con reflejos dorados. Limpio y brillante.

Peculiar nariz, policromática, en la que descubro, por este orden: cuero, piel de caballo, cítricos, peladura de manzana verde, alberge, anís, regaliz y flores blancas.

En boca resulta untuosillo, amargoso y astringente. Comportamiento desigual: entra meloso y juguetón y sale áspero y enfadado.

Muy persistente.

Si pudiésemos "desestructurar" le puntuaría con un 9 en nariz, un 8 en la fase inicial en boca, un 4 en la fase final y un 9 en postgusto. Ponderaremos un pelín hacia arriba por el mérito que para mi, subjetivamente, supone trabajar la actualmente inusual tempranillo blanco.

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