Botella borgoñona de barriga ancha y cuello largo y más bien estrecho.

Cierre sintético, no utiliza corcho natural. Es mi primer vino con más de 10 años que no está cerrado por corcho. El cierre parece bien en general (dudo si el plástico habrá "dejado" algo en el vino, espero que no), con bastante vino por el interior que huele bien.

Le damos 30 minutos de oxigenación.

Visual: rojo picota de capa alta, ribete cereza-transparente sin reflejos atejados (no parece un 2005, parece un 2008-2009), limpio, brillante y con muy buena lágrima.

Nariz: de intensidad media-alta, frutos negros maduros casi en licor, regaliz, finas maderas en segundo plano, algunas especias dulces como el clavo, pero, sobre todo, mucho eucalipto y mentol, monte bajo, herbáceos, algunos ahumados y un toque de sutil incienso que nos hace apreciar una nariz compleja pero, sobre todo, bastante distinta a la inmensa mayoría de tintos españoles que solemos beber.

Boca: de muy buen ataque, caracterizado por su suavidad, sedosidad y, sobre todo, una frescura inusual en vinos del Sureste de la Península Ibérica (máxime cuando es un vino que supera la década de vida). El paso por boca denota muy buena estructura, tanino perceptible pero ya dulce y muy redondo y sabroso. Es un vino con bastante acidez (de ahí su frescura y longevidad). El alcohol está excelentemente integrado y ni en la nariz se notaba excesivamente y, mucho menos, en la boca. Es un vino fácil de beber, con un final largo con postgusto a frutos negros maduros, regaliz, herbáceos y menta y con la retronasal con recuerdos balsámicos a eucalipto, ahumados y monte bajo.

Un gran vino de Bullas, probablemente el mejor de la DO y de los pocos de la misma con verdadero potencial de guarda. Muy bien hecho. Sorprendente el cierre sintético para un vino de guarda y más sorprendente tanto la visual (más joven de lo esperado), como la nariz y la boca. Me ha encantado y creo que, por sus características, peculiaridades y capacidad de guarda, los casi 20€ PVP que cuesta, están bastante bien justificados.

Tras probar muchos vinos de la DO. Bullas llegó a 2 conclusiones:han evolucionado mucho y ya hacen vinos destacables; pero también es obvio que están a años luz de Jumilla y Yecla. Creo que es bueno ser sincero para seguir avanzando.
Este Valché 2005 100% monastrell es un vino con mucho interés por la complejidad de sabores que atesora: fruta roja, toffe, cacao, mentol... Es un vino murciano diferente y muy logrado. Se disfruta paladeandolo.
Por ponerle un pero, se me hace un poco cargante a mitad de la segunda copa. Pero pudo ser que el acompañamiento no fuera el apropiado.

Picota granate de buena capa. Posee una nariz intensa, madura, con notas que comienzan con densas notas de fruta negra (moras), pasando por los higos fresco y acabando en los siropes de ciruela negra. Hay toques tostados y algo de regaliz negra en un segundo plano. En boca ataca intenso, es un vino corpulento, pero es franco en el paso y el tanino ya está pulido. Bien de acidez y con notable persistencia. Vino de corte mediterráneo, en el cual la potencia se muestra controlada, sobre todo en el paso por boca, siempre que se controle la temperatura de servicio.