Pues, se nota que es un Cahors de muy buena crianza

Catado en propia casa despues de 900 km de automovíl desde la misma bodega, me abrí una botella del 2004.
De vista, rojo cereza de colór muy intensa, ribete nítido y fino, muy limpio, con lágrimas, y de aspecto muy joven para su edad de, hoy, exactemente 6 años.
De nariz, después de alguna reserva inicial, se abre de fruta noble -nada de fácilmente rendido, claro- maleza autumnal, champiñones, pan. No se nota ningún exceso de roble (¡mala educación, esas tablas de madera!), integrado sin molestar.
En boca es un vino riendas firmamente tenidas: nada de explosiónes frutales y otras sensaciónes fáciles. Se notan sabores de grosella roja, taninos finos de la fruta, las del roble no sobresalen. Se nota el fruto, discreto, el poder aún no suave pero con promesas de evolución grata. Se notan intensidades vinosas, no del alcohol, ninguna concessión a esos gustos azucarados y fáciles de los vinos de las fiestas "queso y vino" a la anglosajona. Champiñones, maleza. Fuerza, caractér, y futúro.
El conjunto es una cultúra inseparable del pais del cual proviene el producto. Se trata de un vino de mesa, mesa repleta de fiambres, pâtés, quesos y jabalí o otras carnes de venado cortado con cuchillos tradicionales de Laguiole, hombres y mujeres de fuertes tradiciones campestres y lengua biensonante.

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