El Miracle Art 2008

Conviene airearlo, lo decanto y lo cato a 16º.

Una vez despejado de la maraña de aromas, el vino se ofrece intenso, con fuerza.
Despliega aires muy frescos de fruta recién cogida, realzada por una madera sutil, especias, higo seco, toques torrefactos y arrope.
Con la impronta de un vino mediterráneo, “pese” a la variedad y dominio de los varietales foráneos.

En boca tiene fuerza, llena plenamente el paladar y el retrogusto lanza toda la gama de aromas observados en nariz. No es –quizás- muy intenso se desvanece al final del trago, incluso pasa demasiado rápido, alegre y fresco. ¿es verdad todo lo que digo?
Es de cuerpo medio, vivo, con personalidad y nervio por igual, al mismo tiempo que fresco y especiado, algo balsámico, como un saco de hierbas aromáticas.
El alcohol no sobresale del conjunto, simplemente se entremezcla con los taninos y la acidez, transportando un maravilloso aroma de fruta roja madura.
La madera abraza el vino sin agobiarle, se expresara más con el tiempo.

La copa queda impregnada de unas finas lágrimas, no muy densas, de un rojo picota y rasgos violáceos que muestran su juventud.

Un vino para gente nueva en el mundo del vino, para empezar, continuar y poder navegar en mayores profundidades.

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