Funebre

Presentado en paralelo con otros cuatro grand crus (grosses gewachse). Segundo vino catado (Mosela).
Mucho mas obvia su veta a terrunio, con acentos a ceniza y granito. El mismo carácter petreo continua en el paladar, donde avanza con un gesto taciturno, colmado de una “oscura” mineralidad. La fruta de momento no destaca, pero ahí esta y cuando despierte sin duda sera barbara. En la salida deja un perfume floral y a hierbas aromaticas. Este vino es tan oscuro como un canto funebre inscrito en un bloque de basalto. Y en mi opinion, ha sido el mas completo de los cinco de esta comparativa.
 

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