Horas podríamos estar hablando de esta solera dulce de la histórica bodega tarraconense hoy afincada cerca de Reus, mal que nos pese a los habitantes de la Imperial Tàrraco por aquello de la eterna rivalidad entre las 2 poblaciones. Afortunadamente a pesar del traslado siguen elaborando unos vinos sensacionales, difíciles de conseguir y que entroncan con la tradición más auténtica de los vinos de la zona.
Este Pajarete va en una caja muy aparente, envuelto en un papel de celofán amarillo, estupenda presentación para una botella tipo Jerez con etiqueta muy clásica.
Color marrón caoba claro y lágrima interminable. Comparando con uan ficha de cata anterior mucho más claro que entonces.
En nariz una sinfonía de olores que empieza con balsámicos y va ofreciendo el cedro, el caramelo y los cerelaes.
En boca es un trago redondo, pleno de sabor, con una acidez excepcional que lo convierten en un vino casi eterno.
Se convirtió en el vino de postre de la V Quedada Maña y como os podéis imaginar duró más bien poco, aunque lo continuamos paladeando largo tiempo pues su posgusto es laaaaargo.
En fin,un vino para beber y hablar, hablar y beber mucho rato con unos buenos amigos.
Emho nada que envidiar a los mejores dulces del mundo. Por ello aunque es caro, 75€ en tienda, la RCP me parece muy buena.