Catado a ciegas en la celebración de mi cumpleaños.
Picota amoratado con destellos oscuros y borde carmín. Cubierto. Limpio y brillante.
La nariz está sustentada en dos pilares muy identificables, fruta roja (fresa, mora y cereza) quizá algo dulce de más y apuntes lácteos. Además observamos cassis, cedro, pimiento rojo y un toque de sal al final de la lengua. Comentaron que seguramente estuviera corregido.
Boca de corte moderno, tánica y aún punzante. Pese a ello el paso es sedoso y elegante. Al alcohol y a la madera le faltan unos años para integrarse. Posee una buena acidez.
Postgusto largo y primario.
Frescura, materia prima de calidad y 13.5º. Aunque de momento la RCP no le beneficia, le daría una década para volver a juzgarlo.
Un vino en plena fase de ensamblaje, con mucho lácteo, potente pero no agresivo.
Aunque ya a ciegas no suscitaba grandes elogios, a etiqueta vista (y dado su precio) fue una pequeña decepción.
Estoy convencido de que será un buen vino en unos años, pero es lo mínimo para este elaborador en los precios en que se mueve.
Es lo que siempre comentamos, tendemos a ser indulgentes con los vinos caros y debería ser al revés. En todo caso, yo mantengo que habrá que esperar unos años.
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