Muy bien otra vez.

Otra botella de este fabuloso vino acompañó un solomillo al punto de vaca Tudanca y un lomo de bonito vuelta y vuelta. Algo más de 12000 botellas por añada procedentes del Clos.
Color amarillo dorado intenso; burbuja muy fina y escasa.

Aromas iniciales de compota y fruta escarchada (ciruela, melocotón) y florales de media intensidad –me recordaba a la nota de salida de “Mitsouko” ( Guerlain 1919)- que dan paso enseguida a más fruta (manzana fresca y en compota) y finalmente a toda la gama terciaria una vez que el vino se ha oxigenado suficientemente. Este es, desde mi perspectiva, el gran atractivo de Clos Nostre Senyor.

La equilibrada conjunción entre frescor frutal –en todos sus matices- y la riqueza de aromas terciarios, sitúan a este cava (al menos en cuanto a nariz) entre mis mejores. Hay sándalo, caja de puros, suaves maderas, puntas de vainilla, algunos empireumáticos (humo, tostados, caramelo quemado).

Buena acidaez en boca, potente sin ser pesado; longitud media. Jugoso, fresco y complejo. Muy placentero.

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