Gracias a Diego...
podimos disfrutar de este gran blanco portugues que con el txangurro maridó de muerte (sólo también estaba bueno pero con el vinho branco parecía que el centollo movía sus pinzas).
Dorado palido con toques verdosos, brillante, lagrima fina y lenta.
En nariz se muestra complejo, cítricos, frutas blancas, notas de pino fresco, ceras, toques herbaceos y alguna nota resinosa.
En boca amplio con una frescura y acidez increible, buena estructura, citricos junto con notas herbaceas y calizas.

Amarillo dorado, se notan los años, aunque color muy vivo.
Nariz con notas de maderas nobles, algo de ceras, al estilo tondonia, aunque no tan complejo(tampoco tiene los años de los grandes tondonias), mineral(tiza),toques cítricos(lima).
En boca, acidez glacial, tremenda, zumo de lima, bien de cuerpo.....me recuerda a los buenos borgoñas(a un borgoña joven).
Tomarse este blanco con 17 años es un auténtico infanticidio. tiene vida para decenas de años más.
La acidez lo mantendrá vivo unos (30-40-50? años), en los que debe evolucionar en nariz hasta llegar a la complejidad de un buen tondonia.
Excelente maridaje con una tortilla de bacalao y pimientos, también dio el tipo al final con camembert y brie maduros.
Para comprar unas cajas y dejarlas olvidadas en la bodega.
Muy recomendable.
El 9.2 es en estos momentos. Si evoluciona como se supone, deberá llegar a las notas de diego.

De esos vinos que marcan. Ya desde su aroma floral y frutal en armonía con las notas terciarias. Diferente a cada copa y siempre genial.
De una verticalidad extrema y, sin embargo, amable. Seco y, ya no fresco, si no glacial.
Profundo y elegante aunque racial.
Absolutamente genial.
¿Y el precio? Pues menos de 20€.

Todavía muy joven y, ya, un clásico.
Auténtico, orgánico y brutal.
http://www.youtube.com/watch?v=Kn7voloX6JI&feature=related