Rojo rubí, ribetes rojizos, capa media.
Nariz de buena intensidad, primaria, perfumada y compleja. Notas de flores silvestres, frutas rojas del bosque, un ligero tamiz especiado de nuez moscada, toques minerales, de café en grano, tabaco de pipa, ahumados, balsámicos, herbáceos, regaliz. Una paleta compleja y encantadora, puro perfume vinícola.
En boca es poderoso, amplio, con peso, vertebrado por una magnífica y perfectamente integrada acidez. De paso redondo y sabroso, final largo y persistente, con notas de frutas y especias. Tanino presente y noble. Recuerdos ahumados en posgusto. Enorme equilibrio de registros. Una delicia todavía por hacer.
Ghislaine Barthod es uno de los nombres a tener en cuenta en Chambolle-Musigny, productora de gran precisión y calidad. Este 1er Cru no es más que una muestra de lo que debe ser un Chambolle de verdad, ese auténtico prototipo de lo que esperamos de un gran Borgoña, al que convendría esperar unos cuantos años más. Unos 75 euros, no es barato, pero se trata de un gran vino que merece la pena.
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