Once in a lifetime

Botella de 50 cl, selección de 1/2 de bota, embotellado el 14/10/2016 (saca de otoño 2016). 

Vino con algo más de 50 años de vejez media (en 2016 creo que 51).

Abierto hace ya casi 3 meses, en Navidad 2017 y del que dejé como 160-170 ml en la botella para recatar pasado el tiempo. Botella en nevera y cerrada. La oxidación no pasa factura en este caso por ser un vino con una crianza oxidativa de bastante más de 30 años (en el global de su envejecimiento, tanto en crianza biológica primero como en oxidativa después).

Visual

Precioso color caoba oscuro de capa media-baja, limpio, brillante con fina y abundante lágrima de lenta caída. (9,3)

Nariz

Intensidad aromática extrema (muy aromático, se huele en el salón donde hago la nota de cata), orejones, yodo, notas a abundantes barnices y acrílicos que dominan a copa parada la olfativa, a copa movida aparecen también notas de maderas viejas, tostados, torrefactos, mentolado-balsámicos potentes, frutos secos tostados como almendras y, sobre todo, avellanas, ligeras notas salinas y a salmuera (que indican el origen como fino, crianza biológica, del vino) pero, sobre todo, muchas notas yodadas; ligeros cueros, chocolates y cacaos en licor, toffee, equilibrio, intensidad y complejidad en nariz prácticamente sin igual. Excepcional nariz, de categoría mundial. (9,8)

Boca

Ataque brutal, contundente y de una sapidez extrema, tremendo en la entrada en boca, apabullante, sequísimo, densidad alta, enorme cuerpo y estructura, es expansivo y llena la boca pero sin perder la sutil verticalidad y fluidez de un amontillado, acidez razonable, nada pesado en boca, salinidad a raudales en el paso por boca, salmuera, yodo, hierbas en infusión, maderas viejas de calidad, barnices en retronasal, con un colosal paso por boca.

El final es excepcionalmente eterno, dura fácilmente 10-15 minutos, brutal, con notas de orejones, barnices, mentolados, frutos secos tostados, toffee, yodo y salinidad, cacaos, toffee y chocolate en un retrogusto galáctico; en vía retronasal se repiten sensaciones y aparecen toques balsámicos por doquier, torrefactados, a café-licor, cacao, herbáceos en infusión, mueble nuevo y barnices varios que lo rematan excepcionalmente bien. (10)

Vinazo de categoría mundial y galáctica. Tremendo cómo está después de casi 3 meses abierto.

Tío Pepe llevado al más extremo de los extremos: una auténtica maravilla vinícola con lo mejor de las dos crianzas de Jerez: la biológica y la oxidativa. 

Reconozco que es un vino bastante caro (500 ml cuestan ya 96€ y pronto alcanzarán los 100€). En mi caso, éste, de saca de octubre 2016, lo pillé a 90€ PVP de entonces pero, aplicado el 30% de descuento en González Byass, se me quedó en 63€ (muy buen precio para su PVP normal, la vejez del vino y lo que ofrece).

En cualquier caso, es una maravilla, un capricho vinícola, un vino de reflexión y meditación. Se puede acompañar con marisco, con jamón ibérico de bellota, pescados bastante condimentados, etc... pero yo, EMHO, simplemente, NO lo acompañaría con nada: lo disfrutaría solo como copa de sobremesa o de entrehoras en un momento de relax,... un buen plato puede quizás realzarlo, pero creo que el vino merece tanto, que lo ideal es tomarlo solo en un rato de relajación y reflexión, tertulia entre muy buenos amigos, etc.

Brutal: Once in a lifetime.

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