Excelente evolución y aún se nota joven incluso pasados 10 años de su cosecha

Botella borgoñona de buen vidrio típica de este vino.

Cierre de corcho de buena anchura, no muy largo pero sí de buena calidad y apenas bañado en vino rojo picota granatoso hasta menos de 1 mm (buena señal en un vino de más de 10 años). Huele muy bien.

Abrimos, sin decantar, hora y media antes de disfrutar del mismo.

Visual

Picota de capa alta, ribete cereza-transparente con destellos granates, sin atejados visibles, sin apenas poso (nada en las paredes de la botella) y sólo algo en la última copa, limpio, brillante y de bonita y abundante lágrima, fina y de lenta caída en copa. (9,6)

Excelente visual en este, otrora, "vino básico" de esta bodega (cuando aún no existía Románico, el hermano pequeño actual de Almírez).

Nariz

De elevada intensidad y expresividad desde el descorche.

Fruta negra madura junto a fruta roja (predominando la negra), especias dulces, herbáceos, algunas flores azules, ahumados, laurel, tostados de finas maderas, torrefactos, cacao, chocolate, monte bajo, tinta china y algo de mineralidad y balsámico-mentolados potentes.

Percibimos una nariz compleja, intensa, muy frutal y plena, de vino ligeramente maduro pero para nada podría a ciegas sospechar que hablamos de un Almírez cosecha del 2008. (9,2)

Boca

Ataque frutal a tope que llena la boca, sabroso, expansivo pero, a la vez, fluido y fácil de beber, de muy buena acidez (poco común en Toros de más de 10 años), de volumen medio plus, densidad media, cuerpo medio plus y buena estructura.

El paso por boca es sedoso y aterciopelado, con taninos con cierta garra por una parte (al ataque en mucosas) pero, inmediatamente, se apaciguan para acariciar como la seda, por lo que no percibimos verdores ni amargores, sino redondez y un tanino elegante y pulido (hace varios años caté este vino y no era así, estaban duros y verdes los taninos).

El final es largo, sabroso, frutal, especiado, con notas de menta, chocolate y herbáceos en un retrogusto fantástico; la retronasal no va para nada a la zaga y dominan los balsámicos, la mineralidad, los finos tostados, ahumados, especias y, sobre todo, frutilla negra madura que invitan reiteradamente a otro trago/copa. (9,4)

Gran boca la de este Almírez 2008 a sus más de 10 años de vida. Está en un momento óptimo y espectacular de disfrute. Ya no es un Toro impetuoso, algo rudo, algo verde, algo astringente y con aristas como lo era hace 3-4 años. Muy al revés, es un vino poderoso pero, a la vez, elegante, pulido, redondo, aterciopelado y fácil de beber, pero sin perder la identidad, garra y contundencia típica de los vinos de Toro. Sorprende su acidez a estas alturas (la cuál ayuda a que se beba sin sentir).

Su PVP, depende de cuándo y a quién se comprara, oscilaba entre los 15-17€ en su día. En mi caso, lo pude conseguir por 13€ y, en promoción (comprado en plena crisis económica), hasta por 10-11€. Sea como fuere, incluso a 17€ (un PVP normal-alto), la RCP es excelente (y más visto su desarrollo más de una década después de su cosecha).

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