Natural pero sin emoción

No suelo despreciar los vinos porque sus aromas o sabores provengan de las denostadas levaduras de diseño, pero sí que aprecio encontrar vinos con sabores y aromas más fieles a su perfil varietal.
El color es muy limpio, amarillo poco intenso, pajizo, un tono por debajo de lo habitual en Rías Baixas.
En consonancia con anteriores comentarios, en nariz el vino es fresco, floral y frutal, pero sin exagerados toques alimonados, y nada de melocotones o piñas. Incluso un fino toque de albaricoque, tal vez demasiado fino.
En boca flojea un poco, el vino es sabroso, buena acidez, pero tiene toques poco maduros y persistencia media. Además, y no sé el porqué, tiene un punto de gas carbónico (aguja) que se está convirtiendo en algo demasiado habitual en los blancos nacionales. Al principio pensaba que era un descuido de los elaboradores, pero empiezo a pensar que algo tan habitual no es un despropósito sino todo lo contrario, una estrategia para evitar oxidaciones en el vino y que sirve para acercarse al gusto italiano, más comercial.
Pero esto no es más que una divagación ...

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar