De momento no emociona...

Esta botella pertenece a una edición especial limitada de 14.500 elaborada para celebrar el 10º aniversario de la bodega. Dispone de una etiqueta que rodea la botella con un cuadro, en negro y dorado, de Jesús Mateo que rompe con la imagen clásica habitual en la marca.
Presenta un color picota con los bordes agranatados y capa alta. Lágrima ligera, espaciada y lenta.
Se recomienda decantar pero lo hemos bebido sin hacerlo.
Inicialmente es tímido en nariz y ofrece ligera fruta negra sazonada pero después aparecen mentolados (Vicks Vaporub), toffees, tostados, cacao y toques de un elegante cuero, todo sobre un fondo mineral persistente. Tiene un fondo herbáceo que a mi juicio resulta molesto y perjudica la armonía olfativa del vino.
En boca es ligero, cálido y un punto amargo. Astringencia moderada y acidez marcada. El retrogusto es medio y predominan las notas licorosas.
Corcho correcto en perfectas condiciones.
En mi opinión no termina de funcionar como un gran vino ya que no se siente como una estructura sólida sino que se muestra a borbotones y con irregularidades. Quizá el paso por botella integre más el vino. Me pareció mucho más interesante la cosecha 2004.

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