Un vino de Huesca con vocación global.

Yo siento lo complejo de la nariz. Hay fondo de frutas y se notan las especias. La madera muy bien. Los taninos muy integrados, presentes pero muy suaves.
Es muy sedoso, con un toque de astringencia. Es tremendamente agradable tomarlo en un día primaveral y en Ciudad de México. Una mezcla española e internacional: Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Moristel y esa joya somontana que es la parraleta. Un vino español, oscense y global. Qué maravilla ¡¡¡