Hijo de un clima muy complicado

Vista: Picota de ribete granate, cardenaliceo, muy joven, brillante, de capa alta, glicérico y muy cargado de color en la lágrima.
Nariz: de buena intensidad, franco, atractivo, complejo, goloso, balsámico, lleno de especias dulces, con la fruta roja y negra muy maduras, licoroso, cálido, ligeros mentolados, cacao y con una madera muy bien integrada.
Boca: de buena entrada, intenso, con bastante golosidad, carnoso, sabroso, amplio y bien estructurado, afrutado, cálido, con unos taninos muy presentes pero dulces, algo corto de acidez pero bien equilibrado, de persistencia media y buen postgusto.
Es un vino personal, singular, con carácter, en el que la nariz y la boca están muy en consonancia, y bien elaborado, donde se aprecia la mano de Ignacio de Miguel que ha tenido que domeñar a una ruda naturaleza (de clima continental extremo) y sacar el máximo de una tierra muy pobre.
Curiosamente he catado este vino en dos catas en un corto espacio de tiempo; en una se llevaban a la mesa de cata vinos elaborados con participación del estupendo enólogo Ignacio de Miguel y en la otra se trataba de sacar a la luz vinos de la "Ruta de la Plata". Pues bien, en ambas catas los criterios de los catadores fueron discrepantes y, desde luego, no dejó a nadie impasible.
Su precio está en torno a los 14 euros.

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