La añada 2006 está despertando

Color amarillo dorado.
Nariz de buena intensidad, atractiva, con notas de piña, de fruta tropical, notas minerales, caramelo de miel, notas tostadas, de piña a la brasa... Las notas minerales se vuelven más intensas a medida que el vino se abre, aparecen notas menos golosas y más profundas, incluso algo de flores blancas.
En boca está magnífico, con una acidez de esas que quitan el hipo, es largo, cremoso, aterciopelado en el tacto. Con ese toque de zumo de piedras que tiene da la Riesling y que tanto domina este elaborador. Es largo en su recorrido y deja un gusto final exquisito en el que se mezclan las notas golosas con las flores y el recuerdo mineral.

Había probado esta añada antes y no me había satisfecho, de hecho he consumido varias botellas sin demasiado interés por la evidente merma de calidad respecto a la 2005 y la 2007. Sin embargo esta penúltima botella que hemos abierto se ha mostrado muy atractiva, ha dado la talla y me ha sorprendido. Queda una botella más que guardaremos para ver la evolución.

Como siempre, dejamos un culo de la botella para ver qué pasa tras 24 o 48h de oxigenación.

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