Especial y goloso

Desde quintanilla de Onésimo viene esta bodega de Valladolid tan rica y tan sabia. Me he vuelto a enamorar de este vino que tenía abandonado en mi subconsciente. La fase visual de trasparencia media, de color cereza ( a veces picota) y lágrima limpia con colores violáceos e uniforme en ribete.
En nariz aparecen toques golosos de chocolate, cafe tostado muy fino, vainilla y moras, que en boca se tornan en cirulas y frutos maduros en compota suave, cafes largos, como larga estructura, cuerpo medio, linealidad correcta y retrogusto algo ácido que se pierde con el paso del tiempo en la botella.
En boca hay tostados, ciruela madura, frutas del bosque y largo y dulce sabor tras 1 hora. Tras 1 día ya no os cuento, porque la compota es tan suave, tan de las monjas de santa paula, que es una delicia.
Maridadlo como querais, yo con solomillo a la sal y patatas fritas.
A difrutarlo!

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