Riesling seco para talibanes

Una barbaridad de riesling, para fanaticos, para talibanes: su perfil de alquitran, piedras y humo hacen anecdotica la presencia de duraznos y limon dulce. Pero eso no es nada. Al paladar es amplisimo, va dejando minerales por todos lados (tanto que uno voltea a comprobar si no hay en la copa una piedra volcanica como las del viniedo) en un recorrido de agradable amargor contrapunteado de maravilla por un carácter floral y delicado que se niega a irse y sigue y sigue. Un riesling seco de infarto, que me hace retomar la confianza en Nahe pero que para principiantes -como mi amigo AntoDavila- puede ser perturbador.

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