Vino casi proverbial

Cata vertical 2000, 1995, 1983, 1976 y 1967 en 9º Encuentro Verema

Se me antoja un elixir casi proverbial, al que no podemos mas que reverenciar.
Cuarenta y tres años después, nada en este vino merece un reproche. La elegancia en amplitud y cremosidad 'vegasiciliana' encontrada en los vinos más 'jóvenes' ha dejado paso a un vino con alma, honorable y digno miembro de un linaje mítico.
En nariz, vestigios de una fruta ya lejana. A más, sobrevinieron a mi mente notas de ahumados, tabaco o chocolote, amarrados con nobles matices oxidativos de anhelo ajerezado y que siempre sumaron excelencia. No obstante, se presentó algo más cerrado que el de 1976.
De acuerdo a mis preferencias gustativas y olfativas el vino no está tan suculento como otros VS catados más jóvenes pero es indudable su magnetismo trascendental.
Tras la cata vertical, resuelvo que cuando tenga mi colección de VS (je,je) los consumiré preferentemente antes de 30 años, aunque estas añadas anteriores a mi niñez, se disfruten también plenamente y repletas de virtudes nigromantes.

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