Un absoluto bebé

La percepción de esta botella fue clara desde el principio. Se trata de un auténtico jovenzano con una más que prometedora evolución.
Como dice Pascual, ya desde el color, se deja apreciar esta circunstancia. En nariz, aunque mi atención viraba desde los preparativos de la jornada, a la compañía, siguiendo por las excelentes gachas, ummm..., se muestra frutal, fruta negra acompañada de una crianza que acompaña con sutileza, pero que en ningún momento se apodera. Supongo que murió demasiado pronto, creo que le hubiera venido bien un rato de aire o decantación, para expresarse mucho mejor.
En boca es elegante, marca de la casa, aunque en mi opinión, aquí se deja ver en demasía la juventud. Mantiene una acidez que le augura mucho tiempo de guarda. Si tuviera otra botella, le daría tiempo.
Otro lujazo en cualquier caso, que seguramente no tuvo la atención que merecía jeje, pero...