Bie hecho y reflejo de la tierra

Un vino que refleja bien el enclave de la bodega, por lo que he leído: mineral, frutal, fresco, con notas de arándanos, grosella y flores. Envuelto ese aroma por un haz de humo y canela, licor de guinda y hasta un fondo casi cítrico. Todo ello, aunque parezca un caos, armoniza bien ofreciendo una nariz fresca ,frutal, agradable. Algo tímida en intensidad, aunque agradable de oler. Al abrirse aparecen notas terciarias de buen porte, lo que me hace suponer que un decantado-jarreado del vino no le sentaría mal.

En boca tiene buen volumen, con paso ligero y tanino aún un poco marcado. Equilibrio entre amargor y acidez y postgusto largo.

El alcohol pesa un poco al caer en el estómago, por lo que preferiblemente se debería servir fresco (a unos 16º diría yo).

Un vino bien hecho.

Presentación: al igual que su "hermano mayor", la etiqueta es un rectángulo blanco, con un único símbolo en la esquina superior derecha, que es una "Z", emblema de la bodega. La contra no tiene información de elaboración, pero sí que aparece la página web citada (quizá algo más grande no vendría mal ponerla). La botella es de vidrio grueso, cuello ancho y de considerable peso, lo que le da una prestancia sobria. De nuevo, me gusta.

Vale unos 8 euros en tiendas, lo que me parece un buen precio.

Maridajes: por la punta de amargor y tanino en boca, algún consomé o guiso de cuchara no creo que le fuera mal. Quesos, y carnes a la plancha.

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