Para ser el vino más básico de Paolo Scavino, es una delicia de vino a un precio muy asequible. Además, abriendo la botella cinco minutos antes, es suficiente para disfrutarlo.
Color rubí oscuro con ribete violáceo. Lágrima abundante. Capa alta.
Desborda en nariz. Intenso aroma a regaliz, ciruela, chicle de fresa, cereza muy madura. Ligeros toques florales. Según mi hija, huele "como a tienda de chuches". Realmente exuberante.
En boca resulta bastante más amable. Sigue la fruta negra madura y el regaliz. Muy goloso. Acidez agradable. Postgusto largo y dulzón.
En fin, que me ha gustado muchísimo.
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