La elegancia de un grande alsaciano

Dorado intenso limpio y brillante.
Es un vino de media intensidad aromática, con muchas y complejas capas que van revelándose a medida que recibe aire. Percibimos toques de flores marchitas, frutas blancas maduras, melocotón, orejones, membrillo, cítricos en confitura, mieles, especias blancas, recuerdos muy minerales, mucha expresión de terroir, algo típico de los vinos de este fabuloso productor.
En boca es una delicia, porque se muestra perfectamente equilibrado entre cuerpo y finura, entre ligereza y prestancia. No tiene la acidez de un riesling, pero no resulta pesado en ningún momento y su redondez final hace que siempre sea muy placentero. Final profundo que nos deja recuerdos de frutas maduras y minerales. Buena persistencia.
Los vinos de Marcel Deiss son grandes. Muy pocos elaboradores en el mundo saben extraer semejante expresión de terruño en sus vinos, aún en las gamas más básicas como esta. Vino lleno de finuras, que hay que ir a buscar, pero nos que ofrece mucho. Unos 26 euros, nada caro si tenemos en cuenta su calidad.

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