VI Desafío Vino 6

Todo un placer para los sentidos, un rosado que emociona y que se puede recomendar sin contemplaciones. A priori, antes de descorchar, os aseguro que no me calculaba que sería el primero de mi lista, pero esto es la grandeza del vino, de la cata y más aún de la cata a ciegas, nunca deja de sorprenderte y de decirte una y otra vez que no tienes ni idea. "Ego tatum teneo ut ego teneo nusquam"

Vista: Me encanta el color piel de cebolla que presenta, con reflejos cobrizos (tubería). Se apreciaban algunas partículas en suspensión, alguno más lo comentó y otros no, por lo que puede que fuera sólo alguna botella, en cualquier caso, nada importante.

Nariz: De muy buena intensidad, rebosa frescura y fruta. Aparecen de primeras, notas de frutas rojas (fresas y frambuesas), pero se van destapando también plátano y frutas exóticas, quizás coco. No me da crianza en madera (tostados), pero sí lías (bollería) que con la fruta forma un conjunto armonioso, agradable y ciertamente complejo.

Boca: Ataque fresco pero a la vez untuoso, con volumen e intensidad. El paso frutal (fresa y plátano), una acidez equilibrada y su suavidad invitan siempre a tomar otro sorbo.

Acierto el contenido, pese al despiste inicial por el continente. Semejante líquido no podía estar en esa botella, la que le corresponde es también digna de reseñar y ayuda a que estemos delante de un rosado puntero dentro del panorama vinícola nacional.

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