Cata organizada por Alvaro Palacios

Colofón a la cata, sin duda estamos ante un gran vino, me hubiera gustado probarlo con más tiempo, en otra copa (fue servido en Riedel Ouverture) y relajado, sin hablar con nadie, a solas, pues seguro que te trnasmitirá muchas sensaciones que no percibí. El vino estaba recién embotellado, unos 20 días creo recordar que dijo Álvaro.

En nariz es toda una sensación, esa pie de naranja, naranja sanguina, fruta roja destacando la frambuesa, las cerezas y las grosellas silvestres, enorme complejidad y una magnífica expresión del terruño. Perfumado y nítido

En boca es pura seda, es como si flotara dentro de la cavidad bucal y solo te rozara las papilas gustativas a forma de juego, carnoso, complejo, persistencia y longitud sin límites. Carnoso, con una estructura magnífica. Su desarrollo en botella le dará grandeza y según auguró Álvaro Palacios, este será una de las grandes añadas de L'Ermita.

Sensacional, el problema, pues ya lo sabemos todos cual es. La pregunta que me queda, pues aquí ya entran los gustos personales, pero prefiero un borgoña de la mitad de precio.