La quintaesencia del Barolo

Rojo rubí, ribetes rojizos, casi anaranjados, capa media.

Nariz de media intensidad, cerrada, muy especiada, que necesita de aire y un buen trabajo en copa para abrirse. Poco a poco nos muestra su enorme profundidad. Salen unas sutiles notas florales, violetas, una esencia de cereza nítida y preciosa y toques de cera de panal, balsámicos, térreos, trufa, fúngicos, café en grano, tabaco de pipa, caja de puros, bulbo de hinojo… Un increíble amalgama de aromas profundos y encantadores. Hace que te recrees en la copa sin atreverte a probarlo.

Pero vaya, cuando lo pruebas estalla la bomba. ¡Que acidez! ¡Que equilibrio! ¡Que profundidad! Su paso es de verdadera seda líquida, redondo, estructurado, siendo su final de fuegos artificiales, dejando unas maravillosas sensaciones florales, frutales y especiadas. Los taninos son feroces, marcados, se mastican, pero el vino pasa como los mismísimos ángeles. Uno de los pasos por boca más perfectos que he probado en un vino tinto. Persistencia eterna.

El mejor Barolo que he probado hasta el momento y uno de los 10 mejores vinos tintos que he tenido la ocasión de disfrutar. Sobran las palabras. Bueno no, por lo visto en la bodega comentan que el 2004 todavía viene mejor. ¿Es eso posible? No me importaría probarlo, desde luego. ¿El precio? Unos 170 euros. Si pudiera permitírmelo sería un imprescindible en mi bodega. Un vino de emoción.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar