Catado en el restaurante Las Torres de Huesca. No había sido nuestra elección inicial, pero el que habíamos elegido (Torremilano) no estaba en condiciones y el propietario nos récomendó el cambio.
La sensación de los 3 que lo probamos es que estaba flojo, como si estuviera en un proceso de declive....no nos transmitió nada que un vino de este nivel debería, ni fuerza, ni redondez, ningún matiz reseñable. Estuvo abierto un buen rato antes de catarlo, con lo que no creo que se tratara de eso, y además la sensación no era la de que estuviera cerrado y necesitara más aire, sino que simplemente nos pareció que su momento de esplendor ya había pasado.
No es que estuviera malo ni picado, pero para nada nos pareció un nivel ajustado al precio, por lo tanto, en este caso una RCP muy floja a nuestro entender. Espero tener la oportunidad de catar alguna otra botella para poder contrastar.