Magnifico vino del Somontano para sorprender.
Tras descorche lo he tenido 45 minutos abierto para oxigenación.
Color cereza picota con ribete rubi.
Intensidad aromatica muy alta.
A copa parada es muy expresivo con aromas tremendamente agradables.
Los aromas nacen con frutas rojas de bosque, fresas y cerezas muy intensas y sabrosas y también notas lácticas.
Al darle movimiento a la copa apreciamos que el vino tiene buen cuerpo.
La lágrima es espaciada, gorda y lenta. La capa de color es muy alta y cubierta..
Los aromas que siguen a la fruta son de hierba de monte, tomillo, romero y matorral.
Este desfile de aromas precede a un aroma de tableta de chocolate y notas vegetales de pimientos asados.
En la evolución del vino surgen notas de ceniza y chimenea del hogar apagada.
Los aromas en nariz son profundamente agradables, con atisbos de dulcedumbre en nariz.
Es un vino complejo y así se manifiesta desde el comienzo con una gran evolución en la copa.
La entrada en boca es potente inundando de sabor toda la boca, con una buena acidez en perfecto equilibrio con el vino y un tanino bien presente pero en divina armonía con el caldo.
El vino es muy carnoso como presumiamos al mover la copa y gratamente largo, muy largo en boca.
Incluso con cierta textura de terrosidad.
En retronasal no se hace esperar y asciende con notoriedad con sus aromas de fruta roja y chocolate.
No tiene sensación alcohólica, aunque cuenta 14,5%, y resulta incluso muy fácil de beber.
A destacar su sabor tan concentrado e intenso en boca, así como su longitud.
Es un gran vino, sin duda, un vino para seguir su trayectoria de cerca.
Está firmado por el enólogo Carlos Estrada. Felicidades.