Blanquito ¡por favor!, que tengo sed.

En la línea del rosado en cuanto a la sencillez, una sencillez que se vuelve a agradecer, por qué no. Etiqueta en este caso con verdes asociados siempre al vino blanco y en los que ya no hay tanta similitud pues el color es de una transparencia... pajizo muy claro.
Aromas de flores y fruta blanca, pera de agua, esa sensación dá por su ligereza y lo acuoso que resulta en nariz, con frescura desde luego, y unos cítricos suaves, no mucho más.
En boca resulta ligero y suave, se bebe como el agua, tiene su frutosidad, su acidez... y logicamente su frescura, pero cortito.

A refrescar que es lo que toca después de un día de playa. Insistir en que esa sencillez no es nada despreciable, solo te toca "colocarlo" con una comida adecuada, en este caso un poco de pulpo y unos tomates con anchoa y aceitunas negras han estado muy, pero que muy bien. El precio es el mismo que el del rosado, osea que...

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