100% Chenin blanc procedente de cultivo biodinámico

Color dorado brillante tirando a oro. Nariz sutil de mediana intensidad a fruta blanca y amarillla, flores, quizás alguna nota cítrica y herbácea y una mineralidad que un cierto carácter atlántico que me hace recordar algún albariño gallego. En boca tiene una entrada armoniosa, muy equilibrada, donde la madurez del vino se torna perfecta, con una acidez equilibradísima y una mineralidad muy sutil. Como dice el amigo Zambulini un vino de sed y muy fácil de beber con tan sólo 12 graditos. Vino bebido con el amigo Xabier que me está introduciendo en el complejo e interesante mundo del vino francés.

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