Viña Arana Reserva 1998

. Rioja Alta S.A. Rioja. Tempranillo y Mazuelo. Enero de 2010
8,15€
Color rojo picota con borde teja, medio brillo, limpio, capa media. Aromas de intensidad baja, predomina la crianza sobre la fruta. En boca presenta un buen equilibrio, pulido, taninos sedosos, predomina cierta acidez y amargor agradables, ahumados y verdor. Predomina la madera de gran calidad, lo más sobresaliente. Final corto, de amargor agradable. Vino en declive.
8.0

  1. #1

    Juanjosantos

    Interesante tu nota de cata.

    Tengo una botella de este vino y pronto lo cataré (6 años largos después de tu cata).

    No dudo en el caso de tu botella que estuviera en declive pero... con franqueza, tengo serias dudas de que esté en declive la generalidad de las botellas de dicha añada 1998 cuando vengo de beber un Viña Arana Reserva 1994 y está excelente y con "chicha", acidez, tanino y algunos años de vida en botella. Para nada en declive. Da unos matices que ningún vino de corte moderno del mismo precio y edad podría siquiera intentar ofrecer (un vino de corte moderno de 13-14 euros de la añada 1994, en 2016, casi con toda probabilidad, directamente estaría muerto).

    He bebido en poco tiempo la añada 2001 y ahora 1994 de Viña Arana Reserva y están en momento pleno las dos... 1998 no fue añada excelente, pero siguió siendo una añada bastante buena (de hecho, La Rioja Alta, hasta elaboró para la añada 1998 su "vino top" La Rioja Alta 890 Gran Reserva, por algo será).

    Eso sí, no esperemos de un Viña Arana Reserva ni la nariz ni la boca de un "vino Parker" estilo de lo que se esperaba de un tinto con crianza a comienzos del año 2010 (eso, hasta Parker, ha terminado renunciando y tampoco está ya muy "de moda" desde 2012).

    Un Viña Arana no va a llevar ni roble francés nuevo de tostado medio-alto ni largas maceraciones, ni potentes extracciones ni sobremaduraciones: al revés, buscamos algo menos de madurez de la uva para tener una acidez elevada que nos proporcione frescor y agilidad en el paso por boca y, sobre todo, longevidad y capacidad de desarrollo en botella. Extracciones potentes y sobremaduraciones altas, es cierto que elevan el Índice de Polifenoles Totales y el nivel de tanicidad de la fruta pero, por el contrario, conducen, en la mayoría de casos, a bajadas de la acidez total y elevaciones innecesarias del PH y, por tanto, pérdida de frescor en boca y menos longevidad potencial en botella.

    La acidez está demostrado que es un factor fundamental para que un vino viva muchos años en botella (y, sobre todo, que pueda disfrutarse luego en boca incluso con 20-30 años de vida).

    Ahora Parker da grandes puntuaciones a los vinos clásicos (antes minusvalorados); el caso es que muchos clásicos que costaban (como Castillo de Ygay Gran Reserva Especial, 33-35 euros en 2010, ahora en 2016, cuestan de 85-100 euros). Los vinos de "corte moderno" de la misma bodega como Marqués de Murrieta Dalmau, van a la baja, y de costar 75 euros en 2010, están ya en oferta por 40-45 euros (es decir, en 6 años, cuestan casi la mitad y son menos valorados).

    Mi conclusión: los vinos clásicos de Rioja (Tondonia, Rioja Alta, Viña Real, Marqués de Murrieta,...) tienen una acidez, estructura y tanino de madera americana (no nueva muchas veces) que la inmensa mayoría de vinos de corte moderno ni tienen ni se les espera que tengan (los vinos que conocemos como de "corte moderno" son, en su gran mayoría, para consumir en pocos años y en, como mucho, una década, 8-10-12 años, y no mucho más, pues no tienen, casi en ningún caso, la acidez necesaria para aguantar en buenas condiciones mucho más tiempo en botella).

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