Marron yodado de capa baja y ribete atejado.

Nariz de buena intensidad a suaves cueros, notas otoñales, trufa, puro, barniz y suaves pegamentos.

Entrada suave, acidez marcada, en un punto muy alto pero todavia no picado. Maderas viejas, caramelo y flores secas. Fondos de fruta pasificada. Final medio pero de buen volumen y retronasal

     Esta botella está hecha de recuerdos. En 1968, Don Pedro López de Heredia gobernaba sólo su imperio de moho, polvo y telarañas : la cosecha era prometedora y la vida le había dado una hija llena de energía. El vino ha envejecido bien y adquirido con los años una preciosa patina : un color marcadamente atejado, un perfume de viejo armario de cocina - mermelada de cerezas casera, frutas pasas, madera antigua, cuero de zapatos - una textura densa y pulida, un indefinible sabor que deleita a los sibaritas y emociona a los nostálgicos de las civilizaciones desaparecidas - algo de ciruela en licor, algo de hueso de aceituna, un sinfín de notas especiadas y ahumadas a la vez. Es un Tondonia de siempre, procedente de una vendimia muy madura pero sin maquillaje, fiel a su estilo personal, perfectamente reconocible y poco comparable, digamos el más medocano de todos los riojas. Rindamos homenaje a Don Pedro López de Heredia que falleció recientemente : hay un poco de su alma en esta botella y también la vida de María José en retrospectiva. ( PVP : 45 € en la época )

Grupo Cata Laudio
Tenía una ligera fuga a través del lacre de olor y sabor a uva pasa (PX) pero a pesar de ello...
Capa baja, borde teja, lagrima muy densa, lenta y algo turbio.
En nariz uvas pasas (PX), aceitunas negras, higos secos, puntito licoroso, frutos negros compotados y ciruelas pasas.
En boca aceitunas negras, fruta negra compotada en licor, final dulzón a higos, ciruelas pasas, ligeramente astringente y con ligero amargor y acidez.
Con el paso del tiempo en boca y en nariz es más firme más amplio, sigue siendo calido pero la fruta pesa más tiene un poco más de amargor pero sigue siendo como sus hermanos un vino sedoso.
Seguramente sea la botella, no creo que esa sensación cálida y compotada, casi pasificada se deba a una recolección de uva muy madura ni a una añada muy cálida???

Color entre cereza y caramelo, ribete atejado. Se presenta más turbio que los anteriores vinos.
En nariz es licoroso, con recuerdos claros a PX. Notas de higos secos, orejones, aceitunas negras, notas leves de canela y uvas pasas.
En boca mejor de lo que yo personalmente esperaba. Quizá un poco falto de equilibrio. Es un vino cálido, con buena textura, repite todas las notas de nariz. Un vino amplio, contundente a pesar de esa finura característica.
Con tiempo y aireación se doma y se suaviza un poco.

Cuarto vino de la historica cata del grupo de Laudio.

Vista:Naranja,teja, capa bajisima, limpio y brillante.

Nariz:Intenso,Pasas de corinto,higos secos,notas de aceituna negra,guindas en licor, recuerdos de Px.

Boca:Buena entrada, franco con lo mostrado en nariz,pasas, calido largo y rico.

Catado en vertical 1954, 1968, 1981, 1991.
Nariz con champiñones, frutas en licor, ceras, frutos blancos, azúcar quemada.
Excelente en boca, sedoso, especiado, cacahuetes.

Visual: rojo teja de capa media.
Olfativa: fruta roja madura, tostados, cuero, torrefactos.
Gustativa: pasó medio, buena acidez, potente, llena muchísimo la boca y tiene un largo final.

Rubí con ribete aladrillado.
En nariz presenta toques oxidativos, tabaco, ahumados, torrefactos y todavía algo frutal.
En boca se constató su buen cuerpo, persistencia y cierto frescor.

Color burdeos evolucionado, ribete anaranjado-marronoso.

Es fino en nariz, muy agradable, con toques de humo, amplio, terciarios, complejo, toques agrios, algo de especiados y tabaco
En boca resulta un poco más goloso que el anterior del 54. Acidez profunda, punzante, con tonos de sazón. Taninos perfectos, sedosos, suave fino y elegante en boca. Muy largo el final con toques de flor marchita.

De los Tondonias del Encuentro. O al menos el que más extraño se me hizo, sobre todo al rpincipio, aunque con la aireación fue mostrando todo su potencial poco a poco.
En un primer momento olores de reducción muy presentes en nariz, más evidentes que los del anterior catado (añada 1954).
A pesar de estos aromas en boca se mostraba sedoso, con excelente buqué.
A medida que fueron pasando los minutos fue ganando en la nasal, con toques avainillados, tabaco, cuero y miel.