Paciencia recompensada

8 años después abro otra botella de este vino.
Al principio está bastante reducido, pero con la aireación empieza a desplegar todo su potencial.
Muy burdeos, con buena fruta, los taninos ya integrados y una buena acidez. Redondo pero poderoso.
Está en su fase de disfrute como vino de "fruta", aunque puede aguantar otros 10-15 años en los que se irá convirtiendo en un vino más evolucionado y terciario, en un buen burdeos con añitos.
Como se suele decir, en las grandes añadas hay que comprar de "apelaciones" pequeñas como Cotes de francs.

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