Fotos:
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En la copa
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Detalle del corcho
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Las croquetas de foie y almendras
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El atún
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El pulpo a la brasa
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Madre y vino, ambos de 1.928
Este día fue muy especial. El 90 cumpleaños de mi madre, nacida en 1.928 y no se me ocurrió mejor ocasión para abrir una botella de este Martínez Lacuesta RE de su mismo año. Pedimos permiso al restaurante para llevar la botella y la abrimos cinco horas antes para que se fuera oxigenando. El corcho, aunque se partió en dos pedazos, lo conseguimos sacar sin que cayese nada en el líquido y con el abridor estándar de tijeras. Catamos a 18°C, en casa, y luego llevamos al restaurante:
VISUAL: Color rojo cereza anaranjado de capa baja, muy atejado con el ribete en tonos ocre dando síntomas de su avanzada edad como es lógico (84).
OLFATIVA: A copa parada emana aromas dulzones a higos secos y orejones. Al agitar encontramos recuerdos a desván, fondo de armario, naftalina, fúngicos de trufa negra, especiados de nuez moscada, rosas marchitas, polvorilla, herbáceos de té negro con sutiles apuntes de guindas en licor y un fondo con notas de incienso, caja de puros y ebanistería. Tremendo en nariz, de gran complejidad y con una intensidad media (93).
GUSTATIVA: En boca es puro terciopelo, sedoso, con los taninos totalmente dulcificados y de acidez media. En retronasal nos deleita con increíbles recuerdos frutales a mermelada de frambuesa (90 años y aún encontramos fruta...cómo es posible?), apuntes de bosque umbrío y a pino mediterráneo. Vino perfectamente ensamblado y estabilizado, elegante e inusitadamente frutal. La botella de hace dos años no fue así, ni rastro de fruta. Parece mentira como cambian dos botellas teóricamente iguales... Persistencia de dos minutos y 20 segundos de mucho placer, sedosito y aterciopelado resulta delicioso en boca. Sin duda en fase descendente pero muy bebible pese a sus 90 años. Increíbles los vinos que se hicieron antaño en la Rioja, cómo perduran y qué delicia que podamos disfrutarlos con nuestros seres queridos. Abierto además en el 90 cumpleaños de mi madre, los mismos que el vino. Disfrute colosal y tremenda emoción que la mamá pueda probar un vino de su año. Os aseguro que verle la cara cuando se lo bebía no tiene precio. Qué grandes viejunos y que grande la Rioja... 1928... pues no ha llovido (94).
La RCP me mantengo en excelente. 35 euros es una ganga para reliquias como ésta.
MARIDAJE: Compartió mesa con un exquisito Viñas del Vero Gewürtztraminer 2014 y 2015 (cayeron dos botellas). La verdad es que nuestro Martínez Lacuesta nos lo tomamos al principio solo, para saborearlo con atención y después acompañó los primeros entrantes: Unas croquetas de foie con almendras marcona, un exquisito atún con sésamo negro y wasabi y un pulpo a la brasa. Con las croquetas de foie maridaje redondo, sabores cárnicos y grasos armonizados perfectamente con la frutalidad de nuestro viejuno. Con el atún y el pulpo también un gran acierto. Vino sedoso y de acidez media para acompañar y ensalzar los matices salinos y especiados del atún y del pulpo. Tremendo disfrute con nada más ni nada menos que la matriarca, 90 años, ella y él... La madre que me parió!!!
Salud-os!!
Fotos:
En la copa
Detalle del corcho
Las croquetas de foie y almendras
El atún
El pulpo a la brasa
Madre y vino, ambos de 1.928
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