Más sublime en buena compañía

Poco puedo añadir de las connotaciones organolépticas de este extraordinario vino que a mi gusto emociona y se diferencia mucho de las modas.
Segunda botella que abro de esta añada, esta vez, en excelente compañía. Mi compañia, todo un sumilier todavía poco popular. Fuen un compañero de viaje inaudito para unas cigalas vivas al horno. Entre dos tumbamos la botella en un abrir y cerrar de ojos. Nunca antes me había "ventilado" una botella entre dos personas de forma tan rápida, y creanme cuando digo que he hecho la prueba en numerosas ocasiones. En la mesa se convierte en un inevitable protagonista.
Tiene el nervio y la acidez justa para que el paladar se enamore del tacto goloso, elegante, profundo y excelso. Aromáticamente se repiten las notas de mi anterior cata...lácteos, tierra y muchas moras rojas. Disfrute máximo.

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