Uno de mis favoritos sempiternos

Cata de barolos y barbarescos en ExpoVina Zurich.
Este barbaresco es muy cercano a mi corazón. La gran cosecha de 2004 dejó un vino de enorme elegancia, quizá un poco menos potente que otros años, pero la pureza de su fruta roja y niebla de otoño se extienden a su paso en boca, con un recorrido directo, puro, ligeramente austero y de acidez justa para balancear su carga frutal y su densa tanicidad. Merece dos o tres años en el calabozo, por lo menos.

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