¡Qué bueno!

Dorado intenso, reflejos cobrizos, burbuja pequeña y abundante.
Nariz intensa y directa, fragante. Notas de flores silvestres, frutillos rojos del bosque, toques de albaricoque, especias, cítricos, pomelo, corteza de naranja, hierbas aromáticas, balsámicos y un elegante fondo mineral muy bien definido. Nariz muy fresca y con cierta complejidad, muy chispeante, ahora bien, esto no es el fuerte de este vino.
Lo mejor de este vino es su soberbio paso por boca. ¡Qué rico! Portentosa acidez, paso cremoso y liviano, pero con un peso floral y frutal realmente delicioso. Final con recuerdos especiados y minerales, dejando sabores de frutas maduras en el posgusto. Buena persistencia y carbónico magníficamente integrado. Y a por el siguiente trago…
A instancias de su importador guardé un tiempo este vino esperando a su mejor momento de consumo. Pues bien, ahora mismo está excepcional, pletórico, asombroso, un champagne de esos que estaría bebiendo hasta con el desayuno y más por su aquilatado precio, poco más de 30 euros. Me parece que voy a encargar un camión cisterna… ¡Jolines, qué bueno!

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