La diva sigue cautivando

Cuerpo pajizo, reflejo acerado, se presenta muy brillante a la vista.

Nariz seductora, desconcertante por sus "rarezas" que solo hablan de una complejidad rotunda.

El vino expresa las características notas "petroleras" en un familia que hasta ahora no había encontrado... acercándose más al gas metano.

Entre tanto las sensaciones frutales despiertan a un piña exuberante, manzana verde, donde la lima da una nota de alegría, las flores blancas acompañan tímidamente.

Llegamos a la mineralidad, acompañan las piedras mojadas de nuestro río; ¿ O serán las pizarras calientes al sol? Entonces llega la lluvia y mientras te miro, memorizo a fuego el aroma del bosque; tierra y hojarasca mojadas, que hoy se presentan en esta copa. Que igual que aquellas gotas me mojaron el alma, este vino inunda el corazón.

En boca la entrada es muy fresca y acidulada, dejando patente ese azúcar residual que caracteriza al vino, paso untuoso y sedoso. Buen peso en boca de sensaciones frutales y esa curiosa untuosidad. Una ligera punta amargosa precede una acidez descomunal, haciendo el vino "sin fin"...Perdura notablemente en boca y mucho mas en la memoria.

* Notas tomadas dos días después de haber sido abierto... ¡Un espectáculo!

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