El tiempo ha mejorado enseñando virtudes y dejando atrás sus defectos...

Tras más de tres años desde la última vez que lo caté, y del cual no quise hablar, por entender que se presentaba con excesivo nerviosismo y ciertos desequilibrios, el tiempo ha dejado atrás esas connotaciones, los años han domado la tanicidad, y así se presenta maduro, sin astringencias, aunque ofrece signos de una añada desequilibrada y falta de equilibrio, aunque a día de hoy se puede beber bien.

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